L
Es el mejor detective privado que el mundo ha conocido. Jamás aparece
en público, pero ha resuelto desde el anonimato los mayores casos
criminales a nivel internacional. Dirige todas las operaciones y tratos
personales oculto en diversos lugares y siempre por medios electrónicos,
ya que posee siempre la más alta tecnología a su alcance y parece tener
recursos ilimitados. Interactúa con las autoridades mediante su fiel
tutor, Watari.
Es un sujeto introvertido, pensativo y con aspecto descuidado. Es
inteligente, deductivo pero su entorno social es un desastre, ya que no
sabe como socializar con el resto de personas y no se muestra interesado
en relaciones afectivas en lo mínimo. Nunca miente y sus comentarios no
son adecuados en la mayoría de situaciones. Lleva siempre las mismas
prendas.
Es delgado, con el cabello negro y alborotado. Cabe destacar que casi
nunca duerme, por lo que tiene unas ojeras impresionantes y una clara
afición a la cafeína y a las golosinas.
Una de las mayores señales de identidad del personaje son sus
numerosas excentricidades: entre ellas esta la costumbre de sentarse
siempre acuclillado sobre cualquier asiento, teniendo como argumento
que, si no lo hace, sus capacidades deductivas disminuyen un 40%. De
hecho, demuestra una gran habilidad para estas posturas, ya que muchas
veces lo hace sobre asientos muy precarios, como sillas plegables y
también en la preparatoria. Siempre posee un semblante de rareza y la
mirada perdida. Anda encorvado y casi siempre descalzo. Al realizar sus
brillantes deducciones necesita llevarse el pulgar a la boca o comiendo
algún dulce. Cuando agarra un objeto, como un teléfono o una hoja, lo hace con las puntas de los dedos y dejando colgar la mano. Es competitivo en varios ambitos.
Otra característica de L es su dieta, basada únicamente en alimentos
dulces y ricos en azúcar, como postres, helados, pasteles con frutas,
etc. Bebe únicamente té o café con mucha azúcar.
Argumenta que este tipo de alimentos hacen funcionar su potentísimo
cerebro, explicando que las operaciones mentales complejas consumen
mucha energía. Esto podría explicar el por qué casi no duerme y no
engorda.
Es un estricto creyente de la justicia, considerando cualquier vida
como sagrada, incluso la de los delincuentes; sin embargo, L no duda en
utilizar una vida que considere como gastada como el ser un delincuente
sentenciado a morir. Por ende, considera a Kira como un asesino en serie
de la peor calaña, pues aunque su fin no es despreciable (un mundo sin
crimen) sus acciones para lograrlo son del todo condenables. Al
enfrentarse a Kira por primera vez L dice que él mismo "es la justicia".
Sin embargo, más tarde, L dirá literalmente: "Resuelvo casos
difíciles porque es mi pasatiempo. Bajo los principios de las leyes
modernas, yo también soy un villano que ha cometido muchos crímenes.
Como tal, sólo me involucro en casos de mi interés personal. Esto no es
justicia. Sin embargo, no me detendré hasta resolverlos... Ya que soy
una persona terca que detesta perder". Así, su objetivo principal pasa a ser arrestar a Kira.
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